Abstract:
La litiasis vesicular es una patología excepcionalmente normal que evalúa que en las cercanías del 10 y 12% de la población experimentan en general los efectos nocivos de la misma, siendo más sucesiva en mujeres en una proporción de 3: 1, y se observa una mayor incidencia entre los 30 y 50 años.(1) En general, la colecistectomía abierta ha sido el sistema realizado en esta patología, sin embargo, pero en los últimos tiempos la colecistectomía laparoscópica, una estrategia quirúrgica endoscópica transabdominal obstructiva más pequeña que la habitual para la extracción de la vesícula biliar ha tomado una detonación implícita en la bondad de los puntos de interés para los que habla el paciente por ser no tanto horrendo sino más bien de buen gusto, brindar alivio más repentino y una recuperación más rápida, con menos días de hospitalización postoperatoria; Hoy en día hay numerosos enfoques en el tratamiento de la decisión para la colelitiasis, superando a la colecistectomía convencional. (2) Ante un imprevisto intraoperatorio de la colecistectomía laparoscópica o con el propósito de prevenir las complicaciones de la Cirugía Laparoscópica, un especialista puede transformar el acto quirúrgico en una laparotomía, debido a confusiones que no pueden supervisarse de manera segura por vía laparoscópica. La hemorragia o sangrado importante de la arteria cística o hepática, el drenaje grave del lecho vesicular, la duda del daño del conducto biliar y la punción instintiva en el momento de la inclusión de los trócares son signos para la conversión a laparotomía rápida; sin embargo, en la actualidad, algunos inconvenientes, por ejemplo, las hemorragias y otros se pueden controlar a través del sistema laparoscópico sin problemas, debido al buen entrenamiento laparoscópico. Cerca del 3 y 8% de los pacientes que experimentan colecistectomía laparoscópica esperan transformación a laparotomía. (3)